Había una vez dos niños que patinaban sobre una laguna helada. Era una tarde nublada y fría, pero los niños jugaban sin preocupaciones. De pronto, el hielo se reventó y uno de los niños cayo al agua, quedando atrapado. El otro niño, viendo que su amigo se ahogaba bajo el hielo, tomó una piedra y empezó a golpear con todas sus fuerzas hasta que logro romper la helada capa, agarró a su amigo y lo salvó.
Cuando llegaron los bomberos y vieron lo que había sucedido se preguntaron cómo lo hizo, pues el hielo era muy grueso.
– Es imposible que lo haya podido romper con esa piedra y sus manos tan pequeñas – Afirmaban.
En ese instante apareció un anciano y dijo:
– Yo sé cómo lo hizo.
– ¿Cómo?
– No habría nadie a su alrededor para decirle que no podía hacerlo.
¨Nadie se lo dijo¨
Aplícate el cuento,
J. Soler, M.M. Conangla
Creencias Limitantes del desarrollo
¿Cuántas veces lo que nos han dicho instalan en nuestros pensamientos creencias falsas? Cómo en el relato, nadie le había dicho al niño que no sería capaz de romper el hielo, y él desarrollo todo su potencial y lo logró. ¿Cuántas veces nuestros pensamientos anidan creencias falsas?
Las creencias junto con las emociones determinan nuestros comportamientos. A partir de creencias falsas tenemos comportamientos que nos limitan alcanzar todo nuestro potencial.
De allí lo poderoso de las palabras que nos repetimos o que otros nos dicen. La toma de consciencia de revisar las creencias que tenemos instaladas en nuestro cerebro es el primero de los pasos para poder desarrollar todo nuestro potencial.
El coach acompaña al coachee en ese camino proveyendo dinámicas que facilitan la revisión de sus creencias, transformado aquellas limitantes en potenciadoras del desarrollo personal.
Ricardo Zamponi
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