Buen día Ignacio, ¿Cómo estas?
Acá andamos, para que te voy a mentir, todo esta mal.
¿Qué te está pasando?
Los políticos dicen tonterías, la gente no se cuida del Covid, de la economía ni hablar, no hay trabajo y para colmo mi equipo no deja de perder.
¿Estas bien de salud? ¿Alguien de tu familia tiene Covid? ¿Estas desempleado? ¿Te falta dinero para llegar a fin de mes?
Humm, … No tenemos problemas de salud y gracias a Dios no nos falta para comer
¿Entonces?
Es que… Hum…
Reflexionar nos ayuda a relacionarnos de forma diferente con lo que nos pasa. Por un lado, nos hace tomar consciencia de soltar aquello de lo que no somos dueños. En este breve relato, Ignacio se queja por hechos que están fuera de su área de influencia. En este estado de animo, usa la mayor parte de su energía en quejarse, criticando y esperando que los otros cambien. Sin embargo, el no puede hacer nada para que los políticos dejen de decir tonterías, que la economía del país marche de forma diferente, que la gente tome consciencia de la pandemia o incluso que su equipo gane.
Estos hechos que están fuera de su control lo predisponen a interpretar que todo esta mal y tener la sensación que vive en un mundo ingrato. El percibir tanta negatividad en general no nos deja sacar la mejor versión de nosotros mismos y nos termina destruyendo. Las preguntas de su amigo lo hacen reflexionar sobre la palabra todo. Cuantas veces nos encontramos en situaciones semejantes y vemos nuestra realidad cubierta por un manto oscuro que todo lo tiñe. Por otro lado, pensar sobre la base de hechos objetivos nos ayuda a cambiar nuestra interpretación de la realidad y nos ayuda a gestionar nuestros recursos para sobrellevar los desafíos que nos tocan vivir.
¿Cuándo la reflexión es efectiva? Si mediante ella llevamos a cabo un aprendizaje, es decir podemos interpretar y reaccionar a nuestra realidad de forma diferente a como lo veníamos haciendo.
Ricardo Zamponi
