Los Daelins llevaban mas de quinientos años habitando el Valle Encantado. Eran una comunidad que vivía en harmonía con la naturaleza y arraigada a sus tradiciones. Tenían la costumbre de celebrar en cada equinoccio de primavera la fiesta de la Unión. Según sus creencias, el alma del pueblo se fusionaba con la de todos los seres que conformaban el Valle Encantado. Durante la celebración cantaban alabanzas y danzaban por horas tomados de las manos alrededor de la fogata.
Quinn, el sabio de la comunidad, elegía a sus aprendices esa noche. La tradición indicaba que uno de ellos tomaría su lugar cuando este vuelva al seno de la tierra. Estos llevaban una vida dedicada al aprendizaje de rituales.
Una noche Quinn estaba frente a la fogata enseñando a sus discípulos las propiedades de las hierbas cuando Erwina, una joven y bella aprendiz de cabellos rizados, lo interrumpió haciéndole una pregunta
¿Qué debe hacer un aprendiz para convertirse en el sabio de los Daelins?
Quinn agregando un leño a la fogata y sin quitar sus ojos de las llamas le respondió – Esforzarse en adquirir muchos conocimientos
Erwina entusiasmada interrumpió la explicación de su maestro con otra pregunta – ¿Entonces si tengo muchos conocimientos podré ser el sabio de nuestro pueblo?
Quinn respiró profundo y sin dejar de atizar la fogata le dijo
– El conocimiento es la puerta de entrada. Sin embargo, el conocimiento sin transformación es como sembrar la mejor semilla en una tierra yerma.
Erwina y los otros discípulos se miraban entre si intentando comprender las palabras de su maestro. Quinn, se percató de la situación y agregó
-De que me sirve saber qué debo sembrar en primavera si lo sigo haciendo en invierno. La sabiduría esta en emplear los conocimientos adquiridos.
Reflexión
Los conocimientos nos ayudan a tomar consciencia de nuestras creencias, emociones y conductas. Sin embargo, si estos no transforman la manera que interpretamos nuestra realidad no es aprendizaje. Solo el conocimiento con transformación se convierte en sabiduría.
Ricardo Zamponi
El cambio es siempre el resultado final de todo verdadero aprendizaje.
Leo Buscaglia.
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