
El valle encantado era habitado por varias comunidades que trabajaban la tierra para subsistir. Los Daelins eran una de las comunidades más próspera. Ellos tenían la singularidad de reunirse todas las noches frente al fuego para resolver los conflictos que se suscitaban entre sus miembros. En una noche de primavera, Madox se dirigió a Quinn, el hombre sabio de la comunidad.
– ¡Estoy ofuscado con Erwin!
El hombre sabio le preguntó:
¿Qué te hizo Erwin?
Madox le respondió:
– He dedicado gran parte de mi vida a ayudarlo y él ya no pone en práctica mis consejos. Por muchos años he sido imprescindible para él y ya no lo soy
El hombre sabio le volvió a preguntar:
¿Quién te dijo que eras imprescindible?
Madox subiendo la voz le dijo:
– Por varios años le sembré su tierra y hasta le busqué mujer para casarse.
¡Erwin es ingrato!
Quinn le volvió a preguntar:
¿Erwin no te agradeció tu ayuda?
Madox enfurecido le contestó
-¡Si, me lo agradeció! pero ya no soy insustituible para su vida!!!
Quinn le dijo :
¿Alguna vez lo fuiste? , ¿Qué te significa sentirte insustituible?
Madox se quedó callado mirando el fuego un largo rato…..
Quinn se dirigió al resto de la comunidad y les dijo:
-Solo son nuestros pensamientos los que crean la idea de que somos imprescindibles.
-Los antiguos llamaban a esos pensamientos Deamhan y fueron estos los culpables de la destrucción de muchas de las comunidades del valle encantado.

Reflexión
En este relato vemos como Madox se siente emocionalmente ofuscado por no ser insustituible en la vida de Erwin. Muchas personas alimentan su ego sintiéndose imprescindible y a veces hasta superiores. Este comportamiento lo aplican a sus amigos, familiares, pareja, hijos, compañeros de trabajo, etc. El ego es el que los lleva a comportarse de esta forma. La metáfora de Leonardo Wolk el arte de soplar brasa nos permite entender como se ayuda a las personas. Como las brasas, solo se necesita soplarlas así ellas mismas recobran fuerza y desarrollan todo su potencial.
Ricardo Zamponi

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