TE PIDO QUE ME ESCUCHES
Cuando te pido que me escuches y tú empiezas a aconsejarme, no estás haciendo lo que te pido.
Cuando te pido que me escuches y tú empiezas a decirme que yo no debería sentirme así, no estás respetando mis sentimientos.
Cuando te pido que me escuches y tú piensas que debes hacer algo para resolver mi problema, estás decepcionando mis esperanzas.
¡Escúchame!, todo lo que pido es que me escuches, no que me hables ni que te tomes molestias por mí.
Escúchame, solo eso.
Es fácil aconsejar, pero yo soy capaz; tal vez me encuentre desanimado y con problemas, pero no soy incapaz.
Cuando haces por mí lo que yo mismo puedo y tengo necesidad de hacer, no estás haciendo otra cosa que atizar miedos y mi inseguridad.
Pero cuando aceptas simplemente que lo que siento me pertenece a mí, por muy irracional que sea, entonces no tengo por qué tratar de hacerte comprender más, y tengo que empezar a descubrir lo que hay dentro de mí.”
Arnaldo Pangrazzi
Esta poesia nos recuerda como nos sentimos a veces cuando pedimos ser escuchados. No queremos ser juzgados, no deseamos ser interrumpidos o recibir consejos que no pedimos. Tampoco buscamos transferir nuestros problema a otros, ni esperamos que nos busquen una solución al desafío que se nos presenta.
Tenemos la necesidad de expresar en voz alta nuestros pensamientos para reflexionar sobre ellos. Deseamos que quién nos escucha sea un espejo que refleje nuestros dichos y que con su silencio o pequeñas frases nos ayude a reflexionar.
El trabajo que el coach hace para su coachee es escucharle y darles un espacio para oírse pensar. La mayoría de la personas no se dan el lujo de oír sus pensamientos, ni tienen quien las escuche. Así es como una sesión de Coaching termina siendo el momento para que este par de eventos sucedan simultáneamente.
Como coaches uno de los mayores servicios que prestamos es el de escuchar activamente lo que alguien tiene para decir.
Ricardo Zamponi
Video: ¿Qué es la escucha activa?
20 Comments