Maestro Zen y la taza de té

Según una vieja leyenda, un famoso guerrero, va de visita a la casa de un maestro Zen. Al llegar se presenta a éste, contándole de todos los títulos y aprendizajes que ha obtenido en años de sacrificados y largos estudios. Después de tan sesuda presentación, le explica que ha venido a
verlo para que le enseñe los secretos del conocimiento Zen.
Por toda respuesta el maestro se limita a invitarlo a sentarse y ofrecerle una taza de té.
Aparentemente distraído, sin dar muestras de mayor preocupación, el maestro vierte té en la taza del guerrero, y continúa vertiendo té aún después de que la taza está llena. Consternado, el guerrero le advierte al maestro que la taza ya está llena, y que el té se escurre por la mesa.
El maestro le responde con tranquilidad:
—Exactamente señor. Usted ya viene con la taza llena, ¿cómo podría usted aprender algo?
Ante la expresión incrédula del guerrero el maestro enfatizó:
—A menos que su taza esté vacía, no podrá aprender nada.

Todos creamos una imagen mental de nuestra realidad mediante la interpretación de los estímulos que recibimos basándonos en nuestras experiencias, creencias y emociones. Esta imagen mental define como nos comportamos. Muchas veces no somos plenamente conscientes de los fundamentos que nos llevan a determinada imagen mental y por ende a comportamientos. La metáfora que utiliza el maestro zen ¨ A menos que su taza esté vacía, no podrá aprender nada¨ hace referencia a olvidar lo aprendido para incorporar nuevas formas de entender la realidad, revisando los principios en los que basamos nuestra interpretación. La autorreflexión es crucial para llevas a cabo este proceso de vaciado. Esto lo podemos llevar a cabo solos o con el acompañamiento de un coach, quien nos puede agilizar el proceso proveyéndonos de las herramientas que necesitamos para vaciar nuestra taza de té mental.
Ricardo Zamponi
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